viernes, 20 de abril de 2012

La luz verde en tu vida



Dios nos da luz verde y libertad para tomar nuestras decisiones, sin embargo algunas pueden traer consecuencias fatales. Piensa bien antes de actuar...

Lejos de Dios

La falta de santificación hace que la persona se distancie del Espíritu Santo

Me siento lejos de Dios. No sé qué más hacer. Parece que no tengo fuerzas para nada. No oro, no leo la Biblia y, muchas veces, ni siquiera voy a la iglesia. Me siento débil, triste y abatido, ayúdeme.”
Amigos, es increíble la cantidad de e-mails que recibo, de muchos que se describen de la misma manera. Les voy a decir cómo creo que todo este ciclo comienza.  Con tanto correr diario, usted está en tantas cosas que, al final, no tiene tiempo para hacer las cosas más básicas.
Siempre está ocupado, su mente está en las cosas que hay que hacer, en el trabajo, en los hijos, en el marido, en su esposa, etc. Cuando se quiere dar cuenta ¡su tiempo se terminó! cae en la cama, muere y ¡resucita la mañana siguiente!
Usted ya no lee la biblia, no habla con Dios y mucho menos encuentra tiempo para ir a la iglesia, y cuando va,  su cuerpo está, pero su mente está en otro lugar. De esta forma, muy sutilmente, es que el diablo trabaja. Primero él le da mucho trabajo, hace que usted sea una persona tan ocupada que termine dejando las cosas de Dios para después. Pero no para por ahí nomás… todavía falta el golpe mortal.
Después de llenarlo de ocupaciones, cuando usted está totalmente concentrada en el trabajo, en la familia y en otras cosas, le da el golpe para derrumbarlo. Entonces sí, cuando ve que usted está débil le trae un problema, el resultado: usted no aguanta.
¿Está sintiéndose lejos de Dios ahora?
¿Siente que no tiene tiempo para orar?
¿No tiene tiempo para ir a la iglesia?
¿No lee más la Palabra de Dios?
¡Deje todo ahora mismo!
Siga los 3 pasos que están a continuación durante los próximos 7 días y esa situación va a cambiar. ¿Empezamos?
Primer paso: Antes que el diablo lo llene de culpa… en este exacto momento, esté donde esté, busque un lugar reservado o vaya al baño y hable con Dios. Dígale todo lo que está sintiendo, desahóguese.  Él la escucha. Vea qué hora es. Anote ese horario en un papel porque a esta hora es que usted va a parar los próximos 7 días y ¡hablará con Dios!…Y, por favor, nada de religiosidad, de palabras repetidas. Hable con Él, como si estuviera conversando con su mejor amigo.
Segundo paso: en este próximo paso usted decidirá un horario de su día para leer solo uno o dos versículos de la Biblia y, durante un período de 24 horas, recordará ese pasaje al menos 3 veces y hará las siguientes preguntas: ¿qué es lo que Dios quiere decirme? ¿Cómo puedo poner en práctica esta palabra en mi vida?
Si por casualidad no entendiera lo que leyó, no se preocupe, lea otro versículo y pídale a Dios que le diga el significado en el momento correcto.
Tercer paso: Si se esfuerza, hace lo posible y lo imposible, estará presente en la iglesia al menos 2 veces en la semana (miércoles y domingo)… pero eso no es todo, usted estará allí contra los pensamientos que estuvieran volando sobre su mente. Si se concentra en la palabra que se predique se dará cuenta que, en este momento, el diablo va a traer varios pensamientos para distraerlo, pues el objetivo de él es ¡destruir!
Esa distracción me pasa bastante, también a mí. Sé que el diablo está muy interesado en que no entienda lo que se está predicando, es una lucha terrible, entonces tuve que pensar en algo que me ayudara.
Bien, aquí va mi táctica… Uso un cuadernito en el cual voy anotando las cosas que se dicen en la reunión, mientras escribo, mi atención está puesta enteramente allí. Toda la fuerza que usted necesita para cambiar esa situación está dentro suyo, pero el diablo hace que usted piense que no tiene más fuerzas y eso ¡es pura mentira!
Dios está siempre ahí, muy cerca suyo, Él nunca se aparta, pero con tantas culpas y sentimientos usted termina sintiéndose lejos de Él.
Decida ahora cambiar esa situación, porque usted ¡ya sabe lo que tiene que hacer!

Nadie sabe lo que tiene...



Muchas veces esperamos el último momento para dar valor a lo importante, sin apreciar lo que tenemos, a quien tenemos y lo que somos, entonces nos damos cuenta de lo que teníamos cuando lo perdemos o cuando no hay tiempo de recuperarlo.

¿Porque no mirar la viga que esta en tu ojo?



Muchas veces estamos acostumbrados a centrarnos a ver los defectos de los demás y no nos damos cuenta de los nuestros.

Historias que edifican: El tornillo suelto

El Espíritu Santo es aquel que nos ayuda a mantenernos en pie, aunque nos parezca que tenemos un fardo muy pesado por cargar

Gerardo compró un lindo estante para decorar la pared principal de su sala de estar. Era de una madera importada del exterior, tenía un color marfil reluciente, adornada con tiras de madera color vinil, las cuales le daban un toque especial al mueble.
La sala de Gerardo estaba muy apagada, por eso había tenido la idea de cambiarla sin tanto esfuerzo. Él sabía que con sólo un mueble podía verse diferente.
Cuando trajeron el estante, los empleados de la entrega comenzaron a ensamblarlo pieza por pieza. Primero aseguraron la parte lateral, encajaron la otra parte a los horizontales  y los aseguraron; y seguidamente hicieron lo mismo con el otro lado. Listo, la base del estante estaba armada.
Despué de casi 1 hora, el mueble estaba listo. Jerry lo admiraba de lejos. Hacía tiempo que deseaba comprarlo, y cuando pasaba por la mueblería lo miraba fascinado.
Sin embargo, ni bien cerró la puerta, después de que los empleados de la entrega se fueran, el estante se vino abajo. Gerardo se puso las manos en la cabeza ¡no lo podía creer!
-¡Qué trabajo mal hecho! ¿Ahora, como voy a hacer para arreglar mi estante?-Se preguntó indignado.
Inmediatamente, intentó recordar cómo habían armado el mueble.
-Bien, vamos a hacerlo…Voy a encajar esta pieza dentro de esta, vamos a ver como queda…
Más de una hora después, Gerardo mira el resultado. Es un mueble raro.
-¡Esto, puede ser cualuier cosa, menos un estante!- En realidad, Gerardo comenzó el montage por arriba, opuesto a lo que debería haber hecho.
Entonces, comienza a armarlo nuevamente. Prueba una pieza, otra, y ni siquiera piensa en leer el manual de instrucciones guardado en la caja de piezas. Era tanta su ansiedad, que perder tiempo con un manual era la última cosa que se le ocurriría hacer,
Finalmente, después de más de 3 horas, el mueble estaba listo. Pero Gerardo estaba completamente en pedazos: estaba sucio, cansado, desgastado, y todo transpirado. Estaba completamete empapado, pero miraba con alegría a su maravilloso estante.
-¡Qué lindo! Ahora, a colocar los objetos.
Comenzó por los estantes de abajo colocó un equipo de sonido de un lado, y del otro un DVD. En los del medio, puso algunos libros y portaretratos con fotografías de su familia. En los de arriba, algunas adornos adquiridas en sus últimas vacaciones.
-¡Espléndido!
En seguida, su esposa llegó y quedó encantada con el mueble, y más con el hecho de que su marido lo montó. Entonces le pidió que se aproxime al estante para que ella sacase una foto:
-Mi vida, quiero registrar este momento.
-Pero estoy tan sucio…
-No importa, no importa…
Entonces él se aproximó al mueble y apoya apenas el codo en el estante del medio.
En 1 segundo las casi 3 horas de sacrificio de ensamblado se vinieron abajo. Gerardo quedó atónito y su esposa, con la cámara fotográfica en mano, parecía una estatua.
Eso fue suficiente para que él se sentara en el suelo a llorar como un niño.
Mientras tanto, guardado en la caja de partes  junto al manual de instrucciones, estaba el tornillo que faltaba para que el lindo estante quedase, perfecto.
Para reflexionar
Nosotros podemos, a todo y cualquier costo, intentar mantenernos firmes, pero, si estamos con el “tornillo” principal suelto, por más que deseemos, dificilmente conseguiremos soportar el peso de los problemas y de las circunstancias- por menores que ellos sean.
El Espíritu  Santo es aquel que nos ayuda a mantenernos de pie, aunque nos parezca que el peso es muy difícil de cargar.